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Hay muchos argentinos hambrientos, coléricos y cada vez más dispuestos a salir a la calle a protestar.


Cuando el gobierno declaró el estado de sitio, miles de personas se dieron cita en la Plaza de Mayo. 20 dic. 2001 Marcos Haupa

Argentina estalla

por Juan Pérez Cabral

20 DICIEMBRE 2001. La renuncia esta tarde del Presidente Fernando de la Rúa ante la intensificación de violentas protestas callejeras podría sumir a la Argentina en una crisis institucional que agravaría los problemas económicos del país.

El Presidente del Senado, Ramón Puerta, sucederá temporalmente a de la Rúa hasta que las dos cámaras del Congreso designen a un nuevo Presidente. La legislación argentina es imprecisa en cuanto a los detalles y calendario de este proceso, lo que podría conducir al caos político.

De la Rúa renució a raíz de cuatro días de coléricas protestas callejeras contra las medidas de austeridad de su gobierno. Miles de personas llenaron anoche la histórica Plaza de Mayo en Buenos Aires para exigir la dimisión del Presidente y el levantamiento del estado de sitio de 30 días de duración decretado poco antes por su gobierno.

Los sindicatos han llamado a la huelga general hasta que se levante el estado de sitio.

Más de 22 personas han muerto y más de 1,000 han sido detenidas, mientras los disturbios, saqueos de tiendas de alimentos y protestas contra las medidas de austeridad del gobierno siguen estremeciendo al país por cuarto día consecutivo. La policía montada arremetió hoy con bastones y gases lacrimógenos contra miles de manifestantes que volvieron a congregarse en la Plaza de Mayo.

El Ministro de Economía, Domingo Cavallo, héroe de Wall Street durante el "boom" argentino de los años 90, dimitió ayer. Cavallo fracasó en un intento de última hora de rescatar de la bancarrota a la tercera economía en importancia de Latinoamérica.

La Argentina está al borde de la mayor cesación de pagos de la deuda pública externa de la historia. Así culminan cuatro años de recesión y más de una década de privatización frenética, corrupción generalizada y endeudamiento y gastos públicos descontrolados que han enriquecido fabulosamente a unos pocos y sumido a muchos en la miseria más abyecta.

Con un índice de desocupación de más del 18% y el 40 por ciento de la población viviendo en la pobreza (cada día, 2,000 personas más engrosan esta escuálida categoría), hay muchos argentinos hambrientos, coléricos y cada vez más dispuestos a salir a la calle a protestar.

Como le gritó una mujer ayer a la prensa, mientras saqueaba un supermercado en San Miguel, un barrio pobre y dilapidado de Buenos Aires: "¡No tenemos ningún dinero, tenemos hambre y tenemos que comer!"

Enlaces:

Para Argentina: los orígenes de la revuelta en Proceso (México).

Para Diez preguntas y respuestas sobre la crisis argentina en El País (España).

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