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Durante la campaña presidencial, Harris no fue muy imparcial.
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¿Decidirá Ralph Nader las elecciones?
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![]() Elecciones EE.UU. 2000 por Juanita Clemens NOVIEMBRE 17. Katherine Harris, la exuberante y supermaquillada heredera de una fortuna ganadera y de productos cítricos de Sarasota, Florida, se está perfilando como el factor decisivo para que el republicano George W. Bush se convierta en el 43vo. Presidente de los Estados Unidos. Harris, de 43 años de edad, partidaria acérrima de Bush y secretaria de estado de Florida, ha dicho que proclamará mañana sábado 18 de noviembre al ganador de los 25 votos electorales de Florida, y por ende de la presidencia, sin tener en cuenta el resultado del recuento manual de votos que se está llevando a cabo en este momento en varios condados mayoritariamente demócratas. La actitud cada vez más dura de Harris, que se ha convertido en uno de los personajes centrales de la tragicomedia electoral estadounidense, podría acabar con las esperanzas del demócrata Al Gore de superar la ventaja de 300 votos que Bush, su rival electoral, tiene en Florida, el Estado que decidirá la lotería presidencial. Gore y los demócratas han pedido el recuento manual alegando que las antiquísimas máquinas de votar que se utilizan en Florida no "leen" correctamente todos los votos. Bush y los republicanos se oponen a ello por temor a que el estrecho margen de su candidato se evapore.
"Comisaria soviética" Durante la campaña presidencial, Harris no fue muy imparcial que digamos. Fue delegada a la convención republicana y co- presidenta de la campaña electoral de Bush en Florida, e incluso se desplazó a New Hampshire para hacer campaña de puerta en puerta en su favor, regalándole naranjas floridanas a todo el que encontró a su paso.
Aunque se dice que no es amiga personal del gobernador republicano de Florida, Jeb Bush, hermano menor del candidato presidencial, Harris es considerada uno de los miembros más leales de su gabinete. Astuta, ambiciosa y dinámica, según sus admiradores y sus enemigos, Harris ha dicho que quiere hacer carrera a nivel nacional. Si el hermano mayor Bush llega a la presidencia, Harris quizás se gane una embajada o un puesto federal en las artes, dos posiciones que ha dicho le interesan. O quizás se postule para el Senado de los Estados Unidos. En este último caso, la fama nacional que ha adquirido en estos últimos días podría ser un arma de doble filo. Por un lado, le lloverían los fondos y el apoyo de la maquinaria republicana, así como los votos de la mitad de los electores de Florida que votaron por Bush. Por otro, tendría que enfrentarse a una maquinaria demócrata sedienta de venganza y al resto de la población de Florida, y del país entero, que votó por Gore y que ahora prácticamente la considera su Enemiga Pública No. 1.
Dinero de sobra Anteriormente, sirvió durante cuatro años en el senado estatal, donde se ocupó de fomentar la economía y las artes, los dos temas que dice la apasionan. También patrocinó una ley que exigía notificación previa a los padres de las mujeres menores de 18 años que deseasen hacerse un aborto. La ley fue vetada por el entonces Gobernador de Florida Lawton Chiles, un demócrata. Como secretaria de Estado, Harris ha mostrado, hasta ahora, poco interés en el proceso electoral y otras funciones tradicionales de su puesto. En vez, le ha dedicado la mayor parte de su tiempo y fondos oficiales a tratar de impulsar las relaciones comerciales y culturales de Florida en el extranjero. Con tal fin, ha organizado misiones culturales y comerciales a media docena de países latinoamericanos y un Pabellón Mundial de Florida en las recientes Olimpíadas de Sydney. Aunque sus esfuerzos le han ganado elogios, incluso de algunos demócratas, sus gastos de viaje han sido criticados como excesivos.
Escándalo político Después de graduarse de una universidad de mujeres en Georgia, pasó algún tiempo estudiando arte en Suiza y otros puntos de Europa. En 1996, ya en el senado estatal, recibió una maestría en comercio internacional de Harvard. Hasta ahora, Harris ha rozado el escándalo político una sola vez: en 1994, cuando aceptó una contribución ilegal de $20,000 a su campaña senatorial, proveniente de Riscorp, una empresa de seguros de Florida y luego apoyó una ley que hubiese beneficiado a dicha empresa. En 1997, el fundador de Riscorp paró en la cárcel por ésa y otras veintidós contribuciones electorales ilegales, por un monto de casi $400,000. Harris, que hasta el día de hoy asegura no haber sabido que la contribución era ilegal, no fue nunca encausada y más tarde devolvió el dinero.
Se necesitan observadores imparciales Las Naciones Unidas y el ex Presidente Jimmy Carter se pasan la vida predicándoles a las díscolas poblaciones del Tercer Mundo que quien tenga el más mínimo matiz partidista no debe certificar elecciones. Es precisamente para eso que Carter y la ONU se embarcan a cada rato en una nueva juerga electoral internacional. Para certificar. Imparcialmente. Transparentemente. Sin la menor duda. Quizás le haya llegado la hora a los Estados Unidos de escuchar su propia prédica y crear comisiones neutrales de certificación de elecciones en los 50 Estados de esta perpleja Unión americana. Enlaces afines: Para que te enteres de en qué se entretiene cuando no está decidiendo quien va a ser el próximo Presidente de EE.UU., ve al sitio web oficial de Katherine Harris. (Inglés solamente).
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