Fox ya le ha prestado un gran servicio a México: su elección acabó con el monopolio del poder por el PRI.

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en inglés
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The end of the PRI's 71-year old dictatorship.

México

DICIEMBRE 4. Vicente Fox está disfrutando de una luna de miel casi universal. El nuevo Presidente de México ha prometido acabar con la corrupción, la delincuencia y la miseria en su país, e incluir de verdad a las poblaciones indígenas.

Fox ya le ha prestado un gran servicio a México: su elección acabó con el monopolio del poder por el PRI, el corrupto partido único que dominó el país durante 71 años. Sin embargo, aunque Fox parece sincero, enérgico y bien intencionado, no todo es color de rosa. Muchos se preguntan si este católico devoto, que ganó la presidencia con el apoyo del derechista Partido Acción Nacional (PAN), le abrirá las puertas del poder a los fundamentalistas clericales.

Fox ha dicho y redicho que respetará el carácter laico de la república mexicana. Pero a pocas horas de su toma de posesión, el 1ro. de diciembre, citó a la prensa para que lo viese rezar y tomar la comunión en público y luego, en su primer discurso ya como Presidente, invocó a Dios, luego de recibir un crucifijo de manos de su hija.

En México, donde el laicismo se toma tan en serio que la ley prohibe a los funcionarios públicos asistir "con carácter oficial" a actos religiosos, estos gestos inéditos han causado cierto malestar. ¿Será esto uno de los muchos huesos simbólicos, de forma más que de fondo, que Fox tendrá que lanzarle a la derecha clerical para que no se le revire? ¿O será un indicio de una erosión de la democracia laica que se avecina? En todo caso, en política el símbolo es a menudo la sustancia misma del poder y un símbolo aceptado por la nación entera puede cambiar el clima social con más rapidez que el nombramiento de diez ministros.

La estridencia furibunda de la ultraderecha clerical desde que Fox ganó la presidencia en julio hasta ahora, y el papel protagónico que los medios de comunicación de México le vienen otorgando a aquélla desde entonces, son otros signos inquietantes, como ha señalado Paco Calderón en Ser Gay.

Como siempre, las mujeres, la comunidad gay y los defensores de la libre expresión serán los primeros perjudicados si Fox se deja arrastrar por la ultraderecha. El perdedor, sin embargo, será el propio Fox: su reputación y su proyecto de renovación para México quizás se vayan a pique si se desencadena la tormenta de la intolerancia.

Enlaces:

Para el artículo de Paco Calderón, "Qué nos espera a los homosexuales mexicanos con Fox y su partido, el PAN, en el poder."

Para la publicación mexicana SerGay.